La Noche de las Brujas: Recordar el Poder Ancestral

La Noche de las Brujas: Recordar el Poder Ancestral

Octubre huele a fuego, a tierra húmeda y a memorias antiguas.

El viento sopla distinto, las noches se vuelven más largas, y en el aire hay un susurro que parece venir de otro tiempo. Es el llamado de las brujas. El recordatorio de que la magia nunca se fue, solo dormía en tus huesos.

La llamada noche de las brujas, el 31 de octubre, es mucho más que disfraces y calabazas.

Su origen es Samhain, la celebración celta que marcaba el final de la cosecha y el comienzo del nuevo año espiritual. Era el momento de honrar a los ancestros, de agradecer por los frutos recogidos y aceptar que, para que algo nuevo nazca, algo debe morir.

Entre mundos

Dicen que durante Samhain el velo entre los mundos se adelgaza. Los vivos y los muertos se reconocen, y los espíritus pueden cruzar para visitar a quienes aman. No es una fecha para temer, sino para recordar. Recordar que la muerte no es el final, que el amor no desaparece, y que la oscuridad también puede ser un refugio.

Encender una vela por los que ya partieron es más que un gesto: es un acto de amor ancestral.

Cada llama encendida es una voz que dice: te recuerdo, te honro, sigo tu camino con luz.

La bruja como símbolo

Ser bruja no es vestir de negro ni lanzar hechizos, es recordar tu poder primigenio.
Es honrar tu intuición, tu conexión con la naturaleza, con la Luna, con los ciclos. Las brujas fueron las sanadoras, las parteras, las mujeres que hablaban con las plantas y con el fuego. Fueron perseguidas porque eran libres, porque sabían que el poder verdadero no viene de afuera, sino de adentro.

Hoy, cuando enciendes una vela, preparas un té o te miras al espejo y reconoces tu poder, estás encarnando a todas las que vinieron antes. Estás restaurando una memoria sagrada que la historia intentó borrar.

Mini ritual de conexión ancestral

    1. Limpia tu espacio con humo o incienso.

    2. Coloca en tu altar una vela blanca y una foto o símbolo de tus ancestros.

    3. En silencio, di sus nombres o simplemente agradece su existencia.

    4. Cierra los ojos y siente la línea dorada que te une a ellos.
Respira. Ellos caminan contigo.

Esta es la verdadera noche de las brujas: no un disfraz, sino un despertar.
Recordar de dónde vienes, quién eres, y todo lo que tu alma ya sabe.

Te amo — La Crow

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