La Belleza del Cierre Consciente

La Belleza del Cierre Consciente

Un acto de magia suave para soltar, perdonar y abrir espacio a lo nuevo.

Hay momentos del año en los que la vida nos invita a detenernos. No con estruendo, no con tormenta, sino con un susurro. Un “hasta aquí”, un “ya no más”. Y en ese borde silencioso, donde un ciclo termina y otro apenas se intuye, existe una belleza profunda: la del cierre consciente.

Cerrar no siempre es fácil. La mente quiere repetir la historia, el corazón a veces se aferra y el cuerpo guarda memoria. Pero cuando elegimos cerrar desde la consciencia, no desde la rabia, no desde el miedo, sino desde la verdad de lo que somos hoy, algo sagrado ocurre: la energía vuelve a fluir.

Cerrar es reconocer lo que fue

Todo ciclo guarda una enseñanza. A veces brillante, a veces dolorosa, a veces ambas al mismo tiempo. Un cierre consciente empieza por admitirlo sin maquillaje: esto pasó, esto me tocó, esto me transformó. La magia comienza cuando dejamos de luchar contra la realidad y la miramos de frente.

Porque reconocer es devolverle nombre y forma a lo que cargamos.
Y lo que se nombra… se libera.

Perdonar no es olvidar: es soltar el ancla

El perdón es un acto alquímico. No es justificar lo que dolió, ni minimizarlo, ni pretender que nunca pasó. Perdonar es cortar el hilo que nos mantiene amarrados a un suceso, a un vínculo o a una emoción que ya cumplió su tiempo.

Es mirarte al espejo y decirte:
“Merezco avanzar ligera. Merezco no repetirme.”

Cuando perdonas, la energía se reorganiza y tu corazón deja entrar luz donde había tensión. 

Soltar es un acto de valentía espiritual

Soltar no es renunciar. Soltar es confiar. Es aceptar que aquello que se cayó, se cayó para tu evolución. Es entender que tu campo energético no puede expandirse si está ocupando espacio con lo que pesa, lo que ya venció su fecha de magia, lo que dejó de impulsarte.

Soltar es abrir la mano… y permitir que el universo haga su parte.

Mini ritual de cierre consciente (suave, íntimo y poderoso)

Solo necesitas: papel, lápiz y una vela.

    1. Escribe tres cosas que necesitas cerrar antes de terminar el mes.
Situaciones, emociones, hábitos, vínculos, pensamientos… lo que tu alma te susurre.

    2. Debajo, escribe una frase de perdón:
“Perdono lo que fue, libero lo que pesa, agradezco lo aprendido.”

    3. Enciende la vela y respira profundo tres veces.
Imagina que la luz entra en tu pecho y se lleva lo que quedó estancado.

    4. Quema el papel de manera segura (o rómpelo si no quieres usar fuego).
Mira cómo lo viejo pierde forma. Mira cómo se disuelve.

    5. Di en voz baja:
“Me abro a lo que viene con el corazón limpio.”

Eso es todo. Lo simple también es sagrado.

El cierre consciente es un acto de amor propio

No se trata de dejar ir para sufrir menos. Se trata de dejar ir para vivir más.
Para abrir espacios donde quepa la expansión, la claridad, la intuición, la magia.

Cuando cierras desde la consciencia, no cierras con puertas pesadas.
Cierras con luz. Y lo que se cierra con luz… siempre te prepara para algo más grande.

Porque siempre, siempre, lo que se libera… florece.

Te amo
La Crow

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